El Ateneo de Madrid es una institución cultural privada , creada en 1835 como Ateneo Científico y Literario. Por el Ateneo han pasado seis Presidentes de Gobierno y casi todos los Premios Nobel españoles, muchos políticos de la Segunda República y diversos integrantes de la generación del 98, de la del 14 y de la del 27.
Su historia se remonta a 1820, durante el trienio liberal, cuando varios intelectuales montaron una sociedad donde poder discutir y hablar de «literatura, ciencia y arte». Con la llegada del absolutismo desapareció, pero como no se puede frenar el progreso volvió a resurgir en 1835, de la mano de personalidades como Ángel de Saavedra o Alcalá Galiano.
En estos casi 180 años de historia, el ATENEO DE MADRID ha ido desempeñando las funciones de difusión cultural para las que fue creado a través de cursos, conferencias, debates y todo tipo de actividades de carácter científico, literario y artístico, no obstante, por sus salas han desfilado personajes de todas las tendencias, que han aportado al organismo las más variopintas ideas, tanto progresistas como conservadoras, que han contribuido a dar carácter a la historia de la cultura de nuestro país. Esto se demuestra claramente con la lista de Presidentes, de las más diversas ideologías y pensamientos, que han regido su camino, como el Duque de Rivas, Alcalá Galiano, Martínez de la Rosa, Cánovas del Castillo, Segismundo Moret, Menéndez Pidal, Manuel Azaña, Ramón María del Valle-Inclán, Miguel de Unamuno… y otros tantos que han conferido su fuerza a esta fundamental entidad.
Cabe destacar en la fachada, bastante simple, pero muy bonita, los bustos de Velázquez, Alfonso X el Sabio y Cervantes, realizados por Arturo Mélida, en clara referencia a los tres pilares del Ateneo, las Artes (Velázquez), la Ciencia (Alfonso X) y la Literatura (Cervantes). La robusta puerta es de hierro fundido y forjado.
En 1.923, bajo la Dictadura de Primo de Rivera, se produce una época de censura y se cierra temporalmente, mas tarde cae la dirección en manos del Gobierno dictatorial, hasta 1.930, en que vuelve a la normalidad. Tras la Guerra Civil Española, en abril de 1.939, el Ateneo es ocupado por la Delegación Provincial de Educación Nacional de FET y de las JONS y pierde su nombre, pasando a ser el Aula de Cultura y Biblioteca de la Delegación, y la actividad cultural se desempeña al servicio de la ideología falangista.
En esta época se produjo un hecho que afecta a la historia cultural de nuestro país, pues desapareció todo el Archivo del Ateneo anterior a 1.939.
En 1.946 recobra su antiguo nombre y pasa a depender de la Dirección General de Propaganda, como organismo autónomo, subvencionado por el Estado.
En 1.951 pasa a depender del Ministerio de Información y Turismo, con lo que se convierte en el centro más importante de la cultura oficial.
Uno de los hechos más significativos de la leyenda negra del Ateneo de Madrid, sucedió en 1.952 cuando durante unas obras de reforma, estas fueron utilizadas para eliminar el hipotético rastro de simbología masónica (estrellas de cinco puntas) que se hallaba presente en el edificio, exactamente en la verja de entrada, los adornos de la barandilla de las escaleras o las pinturas del salón de actos. Esto fue ordenado por su Presidente Florentino Pérez Embid, que también era Director General de Información del régimen franquista, porque, aunque el Centro no era masónico en sí mismo, muchos de sus miembros antiguos y actuales en ese momento, sí tenían esa filiación masónica, como Manuel Azaña, Augusto Barcia Trelles, Mario Roso de Luna, Segismudo Moret o Rafael María de Labra, y Embid lo sabía. Actualmente, tras varias restauraciones posteriores, la mayor parte de esos símbolos han sido nuevamente sacados a la luz, y de hecho, se siguen realizando actos organizados por distintas logias masónicas.
Finalmente, con la llegada de la democracia, vuelve a sus orígenes de asociación privada y en 1.982 celebra sus primeras elecciones democráticas.
El ATENEO ha ido pasando a lo largo de la historia por varias sedes, desde la inicial, en el Palacio de Abrantes, pasando por la calle Carretas, Plaza del Ángel, calle Montera, hasta llegar a su actual ubicación en la calle del Prado número 21, en un edificio modernista, con modestas proporciones exteriores, solo una pequeña pero preciosa fachada, pero una amplia gama de salas y estancias que llevan impregnadas en sus paredes toda la sabiduría cultural de los últimos dos siglos. El edificio fue construido por los arquitectos Enrique Fort y Luis de Landecho, y abrió sus puertas el 31 de enero de 1.884, inaugurado por el rey Alfonso XII. Está construido con forma de cruz latina, y consta de numerosas salas y un gran salón de actos que describiré a continuación.
Hemos tenido la oportunidad de visitar tan ilustre lugar gracias a unas visitas guiadas que desde el mismo Ateneo organizan, eso si, se paga 3 euros para la financiación y mantenimiento del Ateneo. Durante unos 45 minutos te explican la historia de cada sala, sus socios y mil anécdotas curiosas del lugar.
Entre sus salas, sobresale sin ninguna duda el impresionante Salón de Actos, con capacidad para 340 asientos, y un escenario adecuado para el uso de numerosos eventos de todo tipo, tales, como congresos, actuaciones de teatro, cine, conferencias, coloquios, presentaciones, etc. Es de estilo modernista neogriego, y fue también decorado por Arturo Mélida, con magníficas pinturas murales.
Otras salas importantes son la de las tertulias, llamada La Cacharrería, porque cuando el Ateneo de Madrid tenía su sede en la calle Montera, la sala de tertulias tenía una colección de vasos griegos a los que los tertulianos se referían despectivamente como “cacharros”.
También es reseñable la Galería de Retratos, ubicada al lado del Salón de Actos, y que contiene 188 retratos de figuras tan ilustres como José Echegaray, Valle-Inclán, Ramón y Cajal, Gregorio Marañón o Emilia Pardo Bazán, todos ellos socios del Ateneo de Madrid.
Entres sus anécdotas que son muchas, cuentan que entre sus paredes se escondía un pasadizo secreto. En teoría, esta desconocida puerta unía el lugar con el Congreso de los Diputados, a solo un par de calles de allí. De hecho, muchos oradores iban hasta esta institución a discutir tras los plenos. A día de hoy es imposible saberlo con seguridad, ya que el pasadizo da a una puerta tapiada, pero en ocasiones esta suerte de leyenda es mejor que la propia realidad.
Ramón María del Valle-Inclán contaba que había un gato que siempre dormía sobre un ejemplar del «New York Times» y pasó ser conocido como «el más culto del mundo». Se contaba también que el propio Valle-Inclán se trasladó a vivir allí con su familia cuando fue presidente porque no tenía dinero para asentarse en otro lugar. O que en otra ocasión, en una de las disputas verbales, esta llegó a ser tan acalorada que un socio saltó del palco al escenario del salón de actos. En ese mismo lugar se dice que estos intelectuales llegaron a debatir sobre la existencia de Dios, sometiéndolo a una votación. El resultado del plebiscito resultó negativo; para los eruditos españoles, ¡Dios no existía!.
Pero los verdaderos tesoros que esconde el centro son los libros. La primera biblioteca fue La Pecera, un acogedor espacio con escaleras de caracol que facilitaban el acceso a los tomos que llegaban hasta el techo. Después fue ampliándose y actualmente el Ateneo cuenta con varias salas donde leer, estudiar o escribir. Es el lugar desde el que muchos intelectuales como Javier Marías o Fernando Arrabal, gestaron algunas de sus obras.
El último rincón «secreto» del Ateneo se encuentra al final de La Cacharrería. Unas enormes puertas abren al que fue el despacho de Manuel Azaña, presidente de la institución y de la II República. La silla que se conserva tras el escritorio era la misma desde la que el político escuchaba cómo los personajes más ilustres de la época se «tiraban los cacharros».
Por último , os recomendamos como siempre un sitio para reponer fuerzas después de la visita, esta vez como no podía ser de otra forma, os recomendamos el restaurante del Ateneo, maravilloso café, decorado con buen gusto.
Para concertar las visitas guiadas, es necesario hacerlo a través de la pagina web del Ateneo:
Horarios de las visitas
De lunes a viernes (no festivos) en los siguientes horarios:
Mañanas con cita previa.
Las visitas previamente deberán concertarse a través de:
- Teléfono: 91 429 17 50. (ext. 6)
- Mail: alfonso.herran@ateneodemadrid.es