miércoles, 23 de diciembre de 2015

Casa de la Panaderia

La Dirección General de Patrimonio Cultural a través de su programa Al Fresco: un recorrido por la pintura mural de Madrid, nos ha dado la oportunidad de conocer de cerca las pinturas murales que adornan los techos de la Casa de la Panadería.  Esta iniciativa permite a los ciudadanos aproximarse a algunos de los ejemplos mas representativos de esta disciplina pictórica.



La Casa de la Panadería fue levantada, por encargo de Felipe III, durante la construcción de la Plaza Mayor siendo el encargado Juan Gómez de Mora, se terminó en 1619.
El edifico consta de cuatro alturas, con la  planta baja porticada y dos torres en sus esquinas.
En 1672 la plaza sufre un gran incendio y tras el reconocimiento de las ruinas, se aconsejó mantener la parte no destruida, cómo sótanos y planta baja con los once soportales con arcos de medio punto enmarcados con columnas adosadas y el resto de la construcción tuvo que ser reconstruido en éste caso por Tomás Román, los pintores encargados dela decoración interior y de los frescos de la fachada fueron Claudio Coello y José Jiménez Donoso.


En sus orígenes, sus bajos albergaban la tahona pública o despacho de pan, de ahí su nombre; en la planta sótano se situaron las caballerizas de los panaderos, mientras que la planta noble fue reservada para el uso y disfrute de la Familia Real.
La primera planta siguió utilizándose para cometidos lúdicos hasta que en 1745 tuvo su sede la Real Academia de las Artes de San Fernando, organismo que utilizó el inmueble hasta que se trasladó en 1774 a su ubicación actual en la Calle de Alcalá  y de 1774 a 1871 fue la Real Academia de la Historia la que ocupó estas dependencias.
A finales del siglo XIX se hace cargo de la Casa de la Panadería el Ayuntamiento de Madrid.

Es en la primera planta del edificio donde visitamos el Salón Real, formado por la Cámara Real (con balcones a la Plaza Mayor) y la Antecámara Rea (interior), espacios idénticos en sus dimensiones y estructura arquitectónica, con los techos decorado, con pinturas de Claudio Coello y José Jiménez Donoso, como bien hemos comentado anteriormente.

Las pinturas de la Cámara son realizadas al temple, se pintan los colores disueltos en agua sobre una pared ya seca. Se representa el escudo de la casa de Austria, ocupando todo el centro, sostenido por las figuras de las cuatro virtudes cardinales, dando así a la monarquía el doble carácter de poseedora y defensora de la virtud, y alrededor grupos de amorcillos, que sostienen ramas y cintas. El resto de la decoración está realizada con la técnica del trampantojo simulando arquitecturas fingidas que dividen el espacio en ocho lunetos, cuyo interior está decorado por medallones en que se muestran algunos de los trabajos de Hércules.





En la Antecámara, reparada en 1901 por Alfredo Mélida, la decoración es menos interesante y está pintada al fresco, en éste caso se realiza sobre una superficie cubierta con dos capas de mortero de cal, sobre la que se van aplicando los pigmentes, cuando todavía esta última capa está húmeda, y se realiza por jornadas. Estas pinturas pretenden fingir unos estucos por medio de decoración fingida, suntuosa, con columnas, sin ocultar la estructura del techo. No pretende cambiar ni la percepción ni el espacio.



El zócalo, de metro y medio de altura, fue realizado con cerámicas de Talavera de la Reina del siglo XVII.

De las paredes de ambas salas penden tapices flamencos con personajes mitológicos.



Lo más característico del edificio son las coloridas pinturas murales de su fachada que han tenido que ser sustituidas o restauradas con cierta frecuencia. Las anteriores a las actuales eran de Luis Velázquez  mientras que las que podemos contemplar en la actualidad, que representan imágenes mitológicas, son obra del pintor Carlos Franco y datan de 1992.

Hasta aquí nuestras visitas culturales por este año, les emplazamos a que nos acompañen en nuestras próximas salidas a partir de Enero. Desde Los Museos de Madrid les queremos desear Felices Fiestas.

Como es Navidad y en estas fechas nuestra ciudad se pone más bonita si cabe, les queremos recomendar que no dejen de salir a disfrutar de toda la oferta que nos ofrece Madrid en estas fechas, contemplar sus preciosas calles iluminadas, visitar el tradicional Belén, disfrutar con los niños en alguna de las numerosas actividades que el ayuntamiento nos oferta, ir a algún mercadillo navideño... aquí encontraréis toda la información:

http://www.esmadrid.com/navidad-madrid

http://navidadmadrid.com/
Belén del Ayuntamiento de Madrid, Edificio Casa de Cisneros

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Museo del Romanticismo

Hoy os invitamos a pasear por un museo que esta de cumpleaños!! Cumple 90 años!!! Y desde aquí os invitamos a conocerlo y admirar sus salas y obras pictóricas del siglo XIX. Os contamos.....

El edificio donde se encuentra esta situado en la Calle San Mateo nº 13 y es el antiguo palacio del Marqués de Matallana.

El inmueble debe su existencia al Marques de la Vega-Inclán, filántropo y mecenas que vivió durante la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX y que en 1921 hizo donación al Estado español de parte de sus pertenencias con el objetivo de que constituyeran una colección estable abierta al público. La institución tomó el nombre de Museo Romántico precisamente por tratar de preservar la memoria del Romanticismo español, una etapa de grandes logros literarios y artísticos a nivel nacional, coincidente, en gran medida con el reinado de Isabel II, muy presente también en el mismo.
Mas adelante, la dotación del museo se fue incrementando por donaciones de personajes burgueses, como el marques de Cerralbo y por adquisiciones que se han ido haciendo a lo largo de los años.


Nos fijaremos en las estancias para poder conocer como era la vida cotidiana de esta época gracias a su decoración y haremos un recorrido artístico para poder conocer mas una de las épocas pictóricas españolas mas importantes: El Romanticismo.

En el museo podemos encontrar una colección de pintura muy importante de esta época como los paisajes, los bodegones o las costumbres y otra de artes decorativas a lo largo de las salas de museo como mobiliario,relojes, abanicos..
Como queremos que acudáis a visitar el museo, solo os enseñaremos algunas fotos de las salas para animaros a hacerlo.

El museo tiene varias plantas. La planta de calle era por donde entraban los carruajes y se subía a la vivienda por una preciosa escalera .
La primera sala nos centra en el momento político y monárquico de la época. Esta entrada de la casa recoge la problemática en torno al derecho de sucesión al trono de la reina, Isabel II, que, contaba tan sólo tres años al morir su padre Fernando VII. Su reinado comenzó bajo la regencia de su madre la Reina María Cristina y supuso la entrada del Romanticismo asociado a la libertad política.




La Antecámara es "el espejo de la casa" ya que debe informar al visitante sobre la importante situación social y económica de sus poseedores. Desde aquí pasamos a la zona más noble, aquella en la que tienen prioridad las apariencias frente a la intimidad, es por ello que cada habitación dará directamente a la siguiente, sin pasillos, dispuestas en hilera con lo que se puede gozar de una visión continuada.

El salón de baile es la habitación más espaciosa de la casa y de mayor lucimiento, ya que estaba destinada a un uso plenamente social. La música es la protagonista en esta sala. El piano, con el escudo real en su tapa, fue construido especialmente para la Reina Isabel II por la casa Pleyel de París.



El comedor. En el periodo isabelino, se destaca esta pieza como nuevo elemento específico dentro de la casa. El comedor común se utilizaba sobre todo para la cena, ya que las demás comidas se podían hacer en salitas más pequeñas –llamadas habitaciones de desayuno– al igual que la sobremesa, que se solía llevar a cabo en una sala aparte o en el gabinete. Era el lugar doméstico gobernado por la etiqueta y también era el centro de reunión de la familia.


Las dependencias masculinas estaban compuestas por las salas de reuniones, dormitorios o salones de fumadores y de billar.

Como curiosidad,diremos que se exhiben también en el museo diversas piezas que tienen que ver con la higiene masculina más íntima. Al no existir un cuarto apropiado para el aseo, era habitual colocar una jofaina para lavarse en cualquier parte de la casa, o bien sacar los orinales para que fueran utilizados por los caballeros una vez se habían retirado las señoras. Se muestra el retrete de Fernando VII que, en origen, fue instalado en una pequeña habitación destinada a la higiene íntima del monarca.





Las dependencias femeninas estaban compuestas por el domitorio femenino, el boudoir (sala para reuniones femeninas, coser, leer o escribir) y la habitación de juegos de los niños. El hecho de tener una habitación propia, demostraba una mayor conciencia de individualidad, de vida personal y la necesidad de expresar esa individualidad de forma física.





Por ultimo destacaremos, para no desvelaros muchas mas joyas, que se esconden en este museo "El Oratorio" que, según viejos testimonios, es el que perteneció en su día a la casa– fue un espacio utilizado tanto para actos religiosos de carácter íntimo, como para la celebración de eventos sociales.
En el centro, encima del altar, se encuentra el magnífico lienzo de Francisco de Goya –San Gregorio Magno, Papa– procedente de la testamentaría del fundador del Museo, quien acertadamente anticipó la importancia del genial aragonés como precursor del Romanticismo.


No nos olvidamos de uno de los ya clásicos en nuestros post: "los desayunos" y en esta ocasión os proponemos uno de los sitios más mágicos y únicos que nos hemos encontrado en nuestras visitas por los museos de Madrid.
Os hablamos del "Café del Jardín", salón de té dentro del propio museo, con la vertiente romántica del museo, además tiene un patio, un rincón muy bello en Madrid, con una fuente de época y vegetación de hoja perenne, que dan un ambiente único en los meses de primavera y verano.

El Café del Jardín abre de 9,30 a 18,30 horas de martes a sábado, en horario de invierno (1 de noviembre a 30 de abril) y de 9,30 a 20,30 horas en horario de verano (1 de mayo a 31 de octubre), los domingos abre de 10 a 15 horas todo el año, por lo que es lugar ideal para desayunos y meriendas o de una comida rápida  antes de ver el museo.



Horario:


Horario de invierno (del noviembre a abril)

De martes a sábado: de 9:30 a 18:30
Domingos y festivos: de 10:00 a 15:00


Horario de verano (del mayo a octubre)
De martes a sábado: de 9:30 a 20:30
Domingos y festivos: de 10:00 a 15:00

Cerrado

Todos los lunes, 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre. 

Precios: 


Entrada general: 3 €
Entrada reducida: 1,50 € (Grupos de más de 8 personas, previa solicitud.
Voluntariado cultural de otros museos, previa acreditación)

Entrada gratuita

Sábados a partir de las 14:00 horas y previa acreditacion (pensionistas, estudiantes, desempleados...)
Para mas información: www.museoromanticismo.es


miércoles, 2 de diciembre de 2015

Andén Cero. Estación de Chamberí


Esta semana si nos acompañáis visitaremos la antigua estación de Chamberí, cerrada al público desde 1966 y en la que podemos recorrer, tras una gran restauración, la estación, desde  las taquillas hasta el andén y descubrir una estación con sus elementos originales como los paneles publicitarios de cerámica y el mobiliario de la época.



El museo se encuentra en la Plaza de Chamberí, s/n. Nada más entrar a la izquierda hay una sala, antiguo acceso a la estación, donde reproducen constantemente un video sobre la historia del Metro de Madrid y después de ver el video iniciamos una visita guiada muy interesante, que tiene que interrumpirse cada vez que pasa en metro por la estación. 
Si quereis saber por qué esta estación fue llamada "la estación fantasma" os animo a que continuéis leyendo...




A principios del siglo XX el tranvía era el transporte público más utilizado en la capital, pero los usuarios se quejaban de su lentitud en distancias largas así en 1917 se funda la Compañía Metropolitano Alfonso XIII, llamada así en agradecimiento al monarca que aportó 1 millón de pesetas para la realización de éste proyecto de suburbano en el que nadie creía. Las obras comenzaron en 1916 y fue Antonio Palacios el arquitecto encargado del diseño de interiores y la estética de las primeras estaciones del Metro y también el creador del logotipo en forma de rombo.
El 17 de Octubre de 1919, el Rey Alfonso XIII inauguraba la primera línea de este moderno medio de transporte.  La línea 1 contaba con ocho estaciones que iban desde Puerta de Sol hasta Cuatro Caminos. En total, 3,48 kilómetros de distancia que se recorrían en 10 minutos. Metro inicia su andadura con gran éxito, ya que en el transcurso del primer año es utilizado por 14millones de viajeros.



En los años siguiente Metro se desarrolla significativamente, de tal manera que multiplica su longitud por cuatro hasta alcanzar una longitud de 14,6 kilómetros.
Durante la Guerra Civil el Metro permaneció abierto, y sirvió como refugio durante los bombardeos. Además, se inaugura en esos años el primer tramo de la línea 3.

Ya en la década de los 60, debido al gran incremento del tráfico de viajeros, se adoptan nuevas medidas técnicas para incrementar su capacidad, para ello se transforman los andenes de 60 a 90 metros de longitud y así permitir la circulación con trenes compuestos de seis coches. Ante la imposibilidad técnica de ampliar la estación de Chamberí, por su situación en curva y su proximidad a las estaciones de Bilbao e Iglesia, el Ministerio de Obras Públicas decide cerrarla en 1966.

Tras más de treinta años cerrada, en el año 2006 se empiezan los trabajos de recuperación de la Estación de Chamberí, totalmente restaurada y conservada según su aspecto original, siendo posible volver a contemplar los acabados brillantes, coloristas y luminosos impuestos por Palacios. La restauración integral del interior, sus suelos, muros, bóvedas y carteles publicitarios, así como la recuperación del mobiliario y los andenes originales hace que podamos disfrutar de un viaje en el tiempo por la historia de Metro. 

Podemos recorrer la estación desde las taquillas hasta el andén.




Taquillas. Como curiosidad destacar que la empresa sólo contaba para trabajar con mujeres solteras  y sin cargas familiares con el pretexto de las muchas horas de dedicación que suponía trabajar en éste nuevo medio de transporte. Y así, de paso, atraer a la clientela masculina ;)



Los carteles indicativos eran rotulados a mano sobre la propia pared de la estación. 

En esta foto se puede ver la taquilla de refuerzo, utilizada en momentos en los que había más usuarios. 


Los azulejos blancos que cubren el interior de la estación y las bóvedas son para reducir la sensación de  claustrofobia debido a que los accesos a los andenes eran estrechos, así que el blanco y el brillo de los azulejos mejoraban la luminosidad y daban sensación de amplitud. 





Carteles publicitarios de la época. 



Cuando la estación se cerró al público en 1966, quedó en desuso sufriendo un gran deterioro, se fue llenando de vagabundos que hacían sus hogueras para entrar en calor. Al pasar el tren que circula entre las estaciones de Bilbao e Iglesia, por delante de la estación y sin detenerse, se veían estas luces tenues y así es como empezó a cobrar fuerza la historia de los fantasmas y a empezar a ser conocida como "la estación fantasma".

La visita merece la pena sin lugar a dudas, tanto para niños como para mayores y además, es gratuita.